Henri Brugnot (Lyon, 1874 – Uzes, 1940) fue un pintor y pastelista francés especializado en retratos y paisajes. Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Lyon y posteriormente lo hizo con los famosos artistas Fernand Cormon y Gustave Moreau en París. Durante una temporada trabajó en la capital francesa hasta que se instaló en el sur de Francia. Los paisajes de sus Languedoc natal fueron su primera fuente de inspiración. Después, sus viajes a Inglaterra y España acabaron marcando la temática de sus pinturas, mostradas en una gran exposición en París en 1906.
En esa época, el Alger se encontraba bajo el dominio del país galo, por lo que muchos franceses aprovecharon la situación estratégica de Baleares, a medio camino entre Francia y su colonia, para instalarse en Mallorca. Es en este contexto en el que se sitúa el viaje del pintor francés Henri Brugnot a la isla. De hecho, según los registros del consulado francés en Palma, Brugnot vivió en Valldemossa entre 1909 y 1910. Durante su estancia, Brugnot entabló relación con el pintor mallorquín Joan Fuster Bonnin, que era un admirador de su pincelada, así como de su utilización de los colores puros y luminosos.
Brugnot fue uno de los numerosos artistas extranjeros que hicieron de Mallorca la musa de sus pinturas. La estancia de Brugnot en Mallorca coincidió con uno de sus momentos creativos más importantes; las fantásticas representaciones de los paisajes de Valldemossa, Deià y otros rincones de las Baleares son un ejemplo de ello.
Este óleo sobre lienzo es una bella imagen de la costa mallorquina representada con cierto aire “rusiñolense”. El ritmo de la obra viene dado por el juego cromático de los amarillos, rojos y colores tierra que destacan sobre el fondo azul del mar y el cielo.
La obra se incluye en la colección de artistas de la Serra de Tramuntana ubicada en el Museo Municipal de la Cartuja de Valldemossa.
Aina Ferrero-Horrach.
