Esta obra característica del paisajismo mallorquín es una pintura realizada por Bartolomé Lluís Ferrà y Juan (Palma, 1893-1946) durante la primera mitad del siglo XX.
Bartolomé Lluís Ferrà y Juan fue un pintor y crítico de arte, hijo del escritor y arqueólogo Bartomeu Ferrà y Font. Normalmente relacionado con el movimiento del Novecentismo, Bartolomé Luis Ferrà, que firmaba sus pinturas únicamente como “B. Ferrà “, se dedicó sobre todo a la representación de los paisajes de Valldemossa y Galilea.
Como se puede apreciar en esta pieza, los olivos, protagonistas absolutos de los cuadros de paisaje de Mallorca, ocupan la mayor parte de la composición. Sus imponentes troncos de maravillosas formas inspiradoras de fantásticas e imaginativas imágenes destacan sobre un fondo en el que se ve la copa de otros árboles y al fondo, el caserío de un pueblo que bien se podría identificar como Valldemossa.
Bartomeu Ferrà realizó exposiciones en varias ciudades como Mahón, Girona, Barcelona, y París.
La obra forma parte de la colección de pintores de la Sierra de Tramuntana del museo municipal de la Cartuja de Valldemossa.
Aina Ferrero Horrach.