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Espacio Jovellanos

La torre de huéspedes, edificada en 1555, contó en su interior con una celda para los religiosos que llegaban al monasterio y debían residir en él temporalmente: priores de otras cartujas peninsulares, visitadores que controlaban el cumplimiento de las normas, monjes artistas… El personaje más conocido que la habitó fue Gaspar Melchor de Jovellanos, ministro de justicia de Carlos IV, desterrado en la Cartuja entre 1801 y 1802 por sus ideas ilustradas. Fue tratado por los monjes como un huésped y, en agradecimiento, vivió como uno más y enriqueció la biblioteca y la iglesia.

Distinta en su arquitectura y más lujosa que las demás celdas, la de la torre estaba organizada de forma parecida. La antesala contaba con una mesa donde comer en soledad, pero con capacidad para añadir, en caso de personas destacadas, algunos acompañantes. Al lado estaba el scriptorium, donde los cartujos copiaban o iluminaban los manuscritos que hoy nos permiten conocer su historia. Para ello fabricaban sus propias tintas, mezclando pigmentos con sulfatos y utilizando plumas y pergaminos que guardaban en cajas. La estancia más privada incluía el oratorio y el dormitorio, donde estaba la cama con un jergón de paja. En este caso no existía el taller ni el huerto del piso inferior, que sí había en las demás celdas para completar la oración, el estudio y la escritura con el trabajo físico.
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