Es uno de los lugares más emblemáticos de Valldemossa; desde su edificación, en 1309, se ha convertido en el escenario de algunos de los episodios históricos más destacados de este municipio mallorquín. Por ello, os ofrecemos una relación de curiosidades que nos permitan conocer, más y mejor, el inmenso valor patrimonial del Palacio del Rey Sancho.
1. Un príncipe enfermo. Jaime II de Mallorca ordenaría erigir el edificio en Valldemossa para alojar su hijo, Sancho I, que padecía de asma. La temperatura y el grado de humedad de la zona redujeron los síntomas de su enfermedad.
2. Paraíso de cazadores. Diferentes miembros de aquella realeza mallorquina compartieron su pasión por la caza: la ubicación del palacio era perfecta al poder llevar a cabo esta práctica en lugares como la Moleta de Pastorix, na Torta, el Puig des Boixos o la misma falda del Teix.
3. Distribución perfecta. Una torre albergaba la cámara del monarca; al oeste, se situaban las habitaciones privadas de la reina. La cocina y los almacenes se encontraban en la zona sur, mientras que la parte más oriental aglutinaba los alojamientos para altas personalidades de la corte, el cuartel o la capilla.
4. Un palacio con calabozo. Como medida preventiva, el Palacio del Rey Sancho contaba con un calabozo en su parte este que, posteriormente, con la llegada de los monjes cartujos, se convertiría en un refectorio.
5. Refugio contra la peste. El 1394, el Palau se convertiría durante un breve periodo de tiempo en la residencia de Juan I de Aragón. Llegó junto con su familia y su corte, incluyendo poetas, bufones y trovadores, huyendo de la peste que azotaba Europa.
6. De palacio a cartuja. Cuando el edificio quedó en desuso, el padre general de la Orden de San Bruno, Guillermo Reynaldo, con sede en Grenoble (Francia), propuso a Martín I la refundación del espacio como monasterio cartujo. El 11 de agosto de 1399 se celebraría su primera misa.
7. Cementerio de monjes. El antiguo patio de armas del Palacio se convirtió en un pequeño cementerio para los monjes; a su alrededor, se montó un primerizo claustro gótico del que ya no queda ningún vestigio, pero del que tenemos conocimiento gracias a los dibujos y descripciones de viajeros extranjeros, como el francés Joseph B. Laurens.
8. Parte de la desamortización. En 1835 se inició el proceso de desamortización eclesiástica impulsada por el ministro Mendizábal para solucionar la situación financiera de España: representaría la exclaustración definitiva de los monjes cartujos.
9. En manos privadas. Desde el siglo XIX, el edificio quedaría en manos de diferentes propietarios privados, destacando el matrimonio formado por Joan Sureda y Pilar Montaner, encargados de hospedar a toda una serie de reconocidas figuras culturales: Miguel de Unamuno, Rubén Darío, Azorín o Santiago Rusiñol, entre otros.
10. Pinturas de Anckermann. En el interior del Palacio del Rey Sancho hay conjunto de pinturas de Ricardo Anckermann (1842-1907), discípulo de Fausto Morell, en las que se reproducen diferentes escenas de la historia de Valldemossa.